Nuestros Campos

NUESTROS CAMPOS

Introducción:

Es mucha la tinta que se ha derramado alrededor del medioambiente, han sido muchos los buenos discursos y más los millones invertidos; pero cada día se constata más que la naturaleza pende de un hilo. Tenemos muy cerca en el tiempo grandes desastres provocados por la mano del hombre. Hechos que cuestionan el interés que tenemos como especie “inteligente” por cambiar la situación en la que se encuentra nuestro medio natural.

El mal llamado progreso con el hombre a la cabeza, tiene un apetito insaciable, lo devora todo; y lo que no sabemos es si cuado nada le quede se devorará así mismo.
A pesar de la degradación y contaminación paisajística que ha sufrido nuestro término con el paso de los siglos, aún nos quedan espacios con un alto grado de valor ecológico, espacios que se han quedado al margen de mal llamado avance de una sociedad, y al quedar olvidado se han podido campo1mantener prácticamente vírgenes, caso de Peñas Blancas o lo Barreros, lugares que por su poco valor de producción económica se quedaron al margen de explotaciones de monocultivos como el eucalipto, que fueron comunes en los años 70 del siglo pasado.

Aún así, esta asociación, cree en el género humano y por ello ha realizado diferentes actividades medioambientales, exposiciones fotográficas, jornadas de concienciación, siembra de árboles, limpieza de vertederos incontrolados, etc, que aporten un pequeño granito de trigo, confiando en que los zalameños sabrán cuidarla para verla germinar y crecer en la esperanza de que algún día nuestros hijos podrán recoger sus frutos.

Una Mirada a nuestros Campos:

Sobre toda zona geográfica se asienta siempre un conjunto de animales y plantas unidos entre sí por una compleja red de dependencias. Viven, comen, se relacionan entre sí y dejan descendientes para completar  nuevos ciclos biológicos.

En una situación teórica ideal, sin influencias externas, se debería alcanzar con el tiempo un equilibrio de poblaciones entre las especies que pueblan un área pero esto, en la realidad, nunca sucede. Los campos cambian porque infinidad de factores inciden sobre ellos. Fenómenos climáticos, plagas, colonizaje de nuevas especies y migraciones  causan continuas modificaciones en el campo2entorno natural haciendo que las comunidades que habitan en él aumenten, disminuyan o desaparezcan. Son fenómenos de adaptación debidos a las nuevas condiciones que se presentan a lo largo del tiempo. Los llamados ecosistemas son dinámicos, derivan hacia una mayor o menor diversidad según los vectores que inciden sobre ellos y en este proceso juega un papel fundamental la especie humana, dotada hoy de recursos suficientes para alterar artificialmente el medio ambiente en su beneficio. El conocimiento de estos elementales conceptos es necesario para abordar, con mínimos elementos de juicio, la situación “ecológica” de nuestro entorno zalameño.Sobre toda zona geográfica se asienta siempre un conjunto de animales y plantas unidos entre sí por una compleja red de dependencias. Viven, comen, se relacionan entre sí y dejan descendientes para completar  nuevos ciclos biológicos.

En una situación teórica ideal, sin campo4influencias externas, se debería alcanzar con el tiempo un equilibrio de poblaciones entre las especies que pueblan un área pero esto, en la realidad, nunca sucede. Los campos cambian porque infinidad de factores inciden sobre ellos. Fenómenos climáticos, plagas, colonizaje de nuevas especies y migraciones  causan continuas modificaciones en el entorno natural haciendo que las comunidades que habitan en él aumenten, disminuyan o desaparezcan. Son fenómenos de adaptación debidos a las nuevas condiciones que se presentan a lo largo del tiempo. Los llamados ecosistemas son dinámicos, derivan hacia una mayor o menor diversidad según los vectores que inciden sobre ellos y en este proceso juega un papel fundamental la especie humana, dotada hoy de recursos suficientes para alterar artificialmente el medio ambiente en su beneficio. El conocimiento de estos elementales conceptos es necesario para abordar, con mínimos elementos de juicio, la situación “ecológica” de nuestro entorno zalameño.